Las mejores playas de la Costa Brava para ir con niños
Niños y playa es jugada ganadora. Pero no todas las playas son idóneas para pasar una jornada con los más pequeños de la casa, ya sea por el tipo de arena, la accesibilidad, la masificación, los servicios complementarios que se ofrecen... Todos tenemos claro que en la Costa Brava tenemos playas y calas para todos los gustos, pero ¿cuáles son las más adecuadas para ir con vuestros hijos? Son más de 200 kilómetros de costa, entre acantilados, dunas, pinares, zonas más urbanas... A continuación, repasamos las más interesantes, teniendo en cuenta que muy cerca de ellas encontraréis siempre algún establecimiento de Costa Brava Verd Hotels que os permitirá organizar una estancia inmejorable en este pequeño paraíso natural.
Iremos de norte hacia el sur y empezamos en Cadaqués, donde encontramos la Playa d'en Ros. Con arena y piedras el agua tiene poca profundidad, lo que la hace ideal para ir con niños, y llegar hasta ella también es bien sencillo. Una vez en la arena, las vistas hacia la bahía de Cadaqués son de auténtica postal. Aquí tenemos el Hotel Playasol, en una de las mejores localizaciones del pueblo y que cuenta con jardín y piscina.
Y ahora vamos hacia Roses, donde destacamos la playa de la Almadraba y la del Salatar. La primera es una de las más apreciadas por su arena fina y su gran amplitud, que siempre da tranquilidad a las familias, y porque queda resguardada de la tramontana. Se puede llegar en coche o en un agradable paseo por el camino de ronda, y muy cerca está el Almadraba Park Hotel, enclavado sobre el mar y con unas acogedoras terrazas con piscina de agua salada.
La Salatar se encuentra en el núcleo urbano de Roses, por tanto, el acceso es muy sencillo y os deja muy cerca de comercios y restaurantes. Además de arena fina y amplia extensión, cuenta con redes de voleibol y una escuela de windsurf.
Barcas varadas en la arena y un pasado marinero muy presente
Un poco más al sur, todavía en el Alt Empordà, está la playa de l’Escala, conocida también como la playa de las barcas, y con un pasado del ajetreo de los pescadores que todavía está muy presente. Con arena gruesa, está en pleno núcleo urbano, de manera que cada dos por tres hay actividades programadas que harán disfrutar mucho a los niños.
A mitad de camino entre el Alt y Baix Empordà está la cala Montgó, con todos los servicios y junto al camino de ronda que sube hacia punta Ventosa y la torre de punta Montgó, que antiguamente servía para avisar de la llegada de piratas. De forma redondeada y a retiro de la tramontana es una playa ideal para los juegos de los más pequeños. Y muy cerca, encontramos la playa de Mas Pinell, en Torroella de Montgrí-L'Estartit. Con las islas Medes como protagonistas en el agua es una playa larga, con dunas y vegetación autóctona. Es uno de los lugares más especiales para ver la salida del sol desde la desembocadura del río Ter. Aquí tenéis el Hotel Can Miquel, con piscina climatizada, grandes jardines, y un restaurante de carne a la brasa al aire libre justo delante del mar. Uno de los mejores lugares para disfrutar de la tranquilidad y la belleza de la Costa Brava. En L’Estartit tenéis el Hotel Les Illes, de ambiente familiar y atmosfera acogedora, y en Torroella contáis con el Hotel Picasso, ideal para disfrutar de la naturaleza y cuidar vuestra salud.
En Pals tenéis un mundo entero por descubrir. De las múltiples opciones debéis conocer la playa del Grau, al norte de la playa Gran a la que da continuidad. Es el último tramo de playa de este municipio, que termina en las balsas d’en Coll y que tiene muy cerca la zona de arrozales. Es de arena gruesa y se llega fácilmente en coche. Como toda esta zona litoral, la playa es muy abierta y expuesta al oleaje, una diversión más para los más atrevidos de casa.
En Pals tenéis el Hotel Mas Salvi, una masía del siglo XVII rehabilitada y convertida en un lujoso hotel, el Hotel Sa Punta, rodeado de grandes jardines, terrazas y dos piscinas de agua de mar y el Hotel La Costa Beach & Golf Resort, con acceso directo al Golf de Pals.
Llegamos a Begur, donde la playa de Sa Riera debe su nombre al torrente que la divide en dos partes. Una de ellas, siempre con la estampa de pequeñas barcas amarradas, y en la otra un auténtico paraíso para toda la familia, con amplia zona de arena, el camino de ronda para dar un paseo y con todos los servicios complementarios allí mismo. Y para descansar y comer como en ninguna parte tenéis el Hotel Aigua Blava, con unas vistas privilegiadas al mar en uno de los lugares más emblemáticos de la Costa Brava.
Por su parte, la playa de Tamariu se caracteriza por las casitas blancas que la protegen, con un agradable paseo que las separa de la arena. También suele haber barcas fondeadas, y el entorno natural con el protagonismo de los pinos mediterráneos es una joya. Aquí tenéis el Hostalillo, un pintoresco establecimiento con todo lo que podéis necesitar, al lado de la misma playa, con unas vistas inmejorables.
Y muy cerca, en Llafranc, la playa del núcleo urbano tiene dos zonas claramente diferenciadas, una ocupada por barcas varadas en la arena y la otra para los bañistas, con arena fina y unos 40 metros de ancho para el juego los niños. Aquí os proponemos que hagáis estancias en el Hotel Llafranch, frente al mar y con una oferta gastronómica de calidad con cocina tradicional, el Hotel Llevant, junto a la playa y con unas refinadas instalaciones y una cocina selecta, el Hotel Casamar, con especial dedicación a la gastronomía local, y el Hotel Terramar, de ambiente familiar y con una clara apuesta por el confort de sus clientes.
Arrecifes rocosos que marcan la fisonomía de las playas
Ahora estamos en Calella, donde los arrecifes rocosos que hay entre la arena granada y el mar crean diferentes ambientes en la playa del Port Bo, o playa de las Barcas. De fácil acceso, tanto a pie como en coche, es una playa con todos los servicios y con la icónica imagen de la primera línea de mar de este pintoresco pueblo de la Costa Brava. Para una estancia de ensueño tened presentes el Hotel Alga, tranquilo y familiar, el Hotel Garbí, con piscina climatizada y jardín y el Hotel San Roc, enclavado en lo alto de un acantilado y con acceso directo al mar.
Con una imagen marcada por los característicos espigones, la playa de Sant Antoni de Calonge es una de las más largas, con un kilómetro y medio de arena fina. Dispone de amplios servicios y actividades, como el club infantil, y la progresiva profundidad del agua la hace idónea para ir con niños. Y en el mismo municipio, lejos del núcleo urbano, la cala del Cap Roig da personalidad a la costa. De arena gruesa y fondo rocoso es una opción perfecta para los que os gusta zambullirse en aguas transparentes.
De Platja d’Aro destacamos dos playas: la Cala Rovira, de arena gruesa y con una pendiente de entrada al agua muy pronunciada, y la playa Gran, frente a la fachada marítima y con más de dos kilómetros de arena gruesa. A un extremo, el Cavall Bernat y al otro la desembocadura del río Riudaura. En este municipio, con un camino de ronda excepcional, debéis conocer el Hotel Aromar, en el mismo paseo marítimo, el Hotel NM Suites, un moderno establecimiento con habitaciones pensadas para familias, el Hotel Costa Brava, en una ubicación privilegiada y el Park Hotel San Jorge, con piscina y terraza justo encima del mar.
Y en S'Agaró acabamos esta ruta por las mejores playas de la Costa Brava para visitar con niños, donde Sa Conca tiene un atractivo muy peculiar, por sus dos tramos muy diferenciados que se encuentran separados por un islote. Uno tiene el fondo arenoso y el otro bien rocoso, así que tenéis para elegir, con la ventaja de que llegar hasta aquí siempre es fácil, tanto en coche como andando después de agradable paseo por el camino de ronda. En este caso, debéis tener en consideración el Hotel Sant Pol, donde tendréis a vuestro alcance una gran variedad de actividades para hacer en familia y un fácil acceso a la playa.
Fotos: Archivo de imágenes PTCBG.